Instalación, pieza sonora y cinética
Muchas de mis piezas artísticas se remontan a recuerdos de mi infancia.
En esta propuesta que os presento como El Saco del Risa tiene que ver con la inocencia de la infancia.
Cuando tenía seis años un señor apareció con un pequeño saco que se movía y reía. La primera impresión que tuve fue de simpatía y misterio, pasando luego a ser de intriga preguntándome cómo podría funcionar aquel artilugio, y ya por último me producía un sentimiento de inquietud y repulsa provocado por aquella risa histriónica, dejando ya de hacerme gracia.
La presencia de esta pieza ante el espectador no intenta buscar para nada el misterio de su funcionamiento, la repulsión o la intriga que aquel pequeñ;o artefacto me producía en la inocencia de mi infancia, sino que está planteada para que el espectador especule libremente ante esta obra, y me interesa someterlo a ciertos interrogantes: ¿De quién me río?, ¿De mis miserias, de mis virtudes, de los demás, con los demás, del espectador, del arte, del mercado y el circo del arte, de la crítica, del mundo…?. Todas estas preguntas y muchas más están dentro de este saco, en el misterio particular e íntimo del espectador.
Espacio C (Cantabria)